Dario Zana

Argentinian artists Dario Zana is a deep analyst of form and a real master of pictorial synthesis. His portraits reveals a coloristic key attuned to its emotional rhythm. The attraction of his work lies in the strict logic of their composition, displaying his great concern with the structure of form and in their spiritual character. The face of his people lost in thought may reveal a turmoil of doubts, hopes and longings.  His personages looks very passive, but they are full of drama and radiate the depth of their hidden life.

 

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Conversation with Artist Dario Zana

ARCPROSPECT: ¿Qué dirías de ti mismo?

DARIO ZANA:   Puedo decir que hago arte porque para mi es una necesidad primordial, como para otras personas puede ser necesario hablar o comunicarse. En mi historia, no existe tanto esa necesidad de la palabra, pero si está intacta la necesidad de producir imágenes a partir de trabajar con la materia. Ver el resultado de ese trabajo es un alimento, me da mucha satisfacción.

ARC:  ¿Quién eres tú?

D.Z.  Soy Darío Zana, pintor argentino.

ARC:  ¿Cuándo te diste cuenta por primera vez de que eres un artista?

D.Z.   Siempre tomé el arte como algo natural, fluye en mí desde niño, como la sangre. Siempre recuerdo una frase del pintor argentino Perez Celis que llevo escrita en mi atril; en una entrevista le preguntaron “¿qué tiene que tener un cuadro?” y él dijo: -“sangre”. Todavía hoy sigo pensando en esa idea, que para mi fue visceral. La sangre en mi concepción tiene que ver con el pulso, con el proceso que le da vida a una obra y en el que está implicada la propia vida, con el gesto de cada autor. Hoy puedo decir que me reconozco retrospectivamente como artista desde el momento en el que pude hacer un proceso técnico y, al mismo tiempo ,personal, mediante el cual mi obra encontró su gesto. Con todas las influencias de mi maestros, de los artistas que admiro, logré arribar a una síntesis propia. No fue un proceso intencional ni buscado, sino el resultado de trabajar mucho sobre la imagen, sobre el gesto.

ARC:  ¿Qué te inspira más a pintar?

D.Z.   Me desafía armar a partir a cosas cotidianas o imágenes que forman parte de mi entorno, mundos extraños o disonantes, como los gigantes u otras obras que se podrían encuadrar dentro del realismo mágico. Encuentro también que la repetición de cierto esquema técnico, que en mi caso puede motivar el trabajo durante un proceso de dos años o más, como fue el proceso con pintar con biromes sobre papel, me permite una conexión directa cerebro-mano-gesto, como un automatismo natural que es como si fuese un ejercicio espiritual o una meditación para mí.

ARC:  ¿Quien es tu artista favorito?

D.Z.   Tengo muchos, pero Antonio López es sin lugar a dudas uno de los pintores que me ha marcado. Siempre vuelvo a sus cuadros, sobre todo a los retratos y a los elementos del realismo que utiliza de Courbet, un pintor francés del siglo XIX, que López reinterpreta poéticamente y lo traduce a un tratamiento contemporáneo.

ARC:  ¿Cual es tu rutina diaria?

D.Z.   Me levanto muy temprano a pintar, ya que durante el día trabajo en escuelas secundarias artísticas y dando clases particulares de dibujo y pintura y no me queda mucho tiempo para producir. También estoy terminando la Carrera de Profesor en Artes Visuales, así que en general pinto en los tiempos que bajan las exigencias de productividad del dia, en aquellos tiempos más libres de trabajo, de estudio o de las exigencias cotidianas.

 ARC:  ¿Tienes una filosofía esencial que te oriente en tu proceso creativo?

D.Z.   Lo que me mueve es dejarme sorprender por la composición de la obra, es algo que se va dando a partir de la conjugación de procesos técnicos y elementos que van apareciendo de manera más azarosa en la tela. Trato de ir sorprendiéndome.

ARC:  ¿Cuál es tu objetivo más importante en el arte?

D.Z.   No tengo un objetivo que me conduzca o que me proponga alcanzar. Solo espero que me acompañe toda la vida.

ARC:  ¿Qué tipo de proyectos de futuro te interesa crear?

D.Z.   Me interesaría que el arte latinoamericano pueda trascender los límites territoriales que marcan cierto confinamiento y que pueda darse a conocer a un público más amplio. Y también me gustaría, en algún momento, probar con la escultura.

ARC:  El rostro humano es la expresión más poderosa de tu trabajo. ¿Por qué esto es tan importante para ti?

D.Z.    Yo venía de un proceso de pintar animales de gran porte y de piel gruesa como, por ejemplo, elefantes, cerdos, hipopótamos, ballenas. Luego empecé a experimentar ese proceso de la piel en los rostros humanos, llevando ese detalle y dramatismo al rostro de las personas. No es que me interesara particularmente el retrato, sino que me atrae el proceso de trabajar las arrugas, las texturas, salir del plano de la superficialidad y meterme en otro de las profundidades ,de la piel, los pliegues y repliegues. También hay algo en eso que elijo pintar que siempre estuvo presente en mi obra y creo que tiene que ver con la búsqueda de lo abyecto, de lo negado, de lo despreciable para el ojo de la sociedad. El tratamiento de esas pieles arrugadas también lo llevé al cuerpo, a cuerpos gordos con colgajos en la piel o cuerpos desgastados por el paso del tiempo o el trabajo.

ARC:  ¿Tu arte se opone a las tendencias del arte contemporáneo?

D.Z.   Desde el punto de vista de las técnicas que utilizo, se diferencia del arte contemporáneo porque yo práctico una técnica clásica que se remonta al siglo XIV que es el óleo sobre tela. Técnicamente, cierta rama del arte contemporáneo se basa en elementos volátiles o efímeros, o en la primacía de conceptos que se busca transmitir a través de determinada performance. Mi búsqueda está más centrada en la imagen, en tanto imagen sensible, no subordinada a lo conceptual.

ARC:  ¿Qué opinas del carácter provocador del arte contemporáneo?

D.Z.   El carácter provocador del arte contemporáneo me hace recordar a las vanguardias, sobre todo el Dadaismo, dónde era resaltado el hecho de descontextualizar el rol del espectador y de la obra misma. En mi caso, la búsqueda es la de una provocación desde lo sensible. Movilizar otros imaginarios desde la imagen, como una vía más directa.

ARC: En nuestra página de inicio de la Fundación ARCProspect abordamos cuestiones complejas e importantes de nuestro tiempo a nuestros visitantes y participantes como usted:
¿La era digital es la última prueba de la libertad humana?

¿Sobrevivirá el arte como verdadero arte a mediados del siglo XXI?

D.Z.   No creo que la palabra sea “sobrevivir”, sino convivir, el arte genuino para mí es ese que se hace con sangre, como mencionaba en un principio; el resto es un desarrollo técnico. Cada vez hay más personas que practican las artes denominadas “clásicas” y las practican con las ventajas que les ofrece el siglo XXI. Entonces creo que se trata de llevar adelante un proceso que sea verdadero, con las herramientas que sean o que sirvan.

ARC:  ¿Será la cultura humana o se perderá en la tecnología digital?

D.Z.   La tecnología digital existe gracias a la mano humana, es consecuencia del accionar del ser humano, por supuesto que seguirá creciendo y tomando nuevas formas pero me parece importante no olvidar esto o no caer en falsas fascinaciones con la tecnología que se desprenden de la materialidad de nuestros cuerpos.

ARC:  ¿Qué pasará con el mundo de la religión?

D.Z.   Cuando hablamos de religión, hablamos de creencias. Yo no tengo una mentalidad religiosa, pero sí tengo algunas creencias que me sostienen. Creo en el trabajo humano y en su capacidad de producir valor, de crear y transformar.

ARC:  ¿Sobrevivirá una persona como un ser creativo, espiritual, autodeterminado y consciente de sí mismo?

D.Z.   El final de la historia no lo conocemos, pero creo que algo sobrevive y perdura de los más primordial del ser humano y que tiene que ver con la traza, con el gesto de la mano que deja marcas como el mar deja estelas. Ese proceso que se remonta a las cuevas de lo que llamamos arte en la época del paleolítico, resurge de diferentes maneras y con técnicas más o menos sofisticadas, yo creo que porque es una necesidad que hace a lo humano. No hay proceso tecnológico, de desarrollo industrial que haya logrado extinguir el proceso creador.